
Por fin llegué, me esperabas una vez más,
me rodeaste y no tuve escapatoria,
era nuestro reencuentro.
Me sentí libre, relajada, como en casa...
No nos importó el murmullo,
que bajara la temperatura,
ni siquiera que en ese instante
ese no fuera nuestro mejor perfil.
Fui feliz.
2 comentarios:
Los reencuentros siempre son bellos, aunque en algún momento les llegue su final..
Vaya, vaya,...
Publicar un comentario